Son organismos uni o pluricelulares, cuyo principal papel en el planeta es descomponer las plantas y animales muertos devolviendo sus elementos al suelo para ser reciclados.
La mayor parte de la exposición a los hongos patógenos se produce a través de la manipulación del suelo
contaminado o por inhalación de las esporas fúngicas. De este modo, muchas infecciones afectan a la piel,
incluido pelo y uñas, y el tracto respiratorio. Los pulmones son utilizados por los hongos, como puerta de
entrada al organismo para infectar otros órganos.
A diferencia de las bacterias que crecen rápidamente para desbordar las defensas de los huéspedes, los
hongos crecen lentamente y las infecciones pueden desarrollarse a lo largo de muchos meses antes que se
manifiesten los síntomas. Los hongos causan enfermedad por replicación; sólo unos cuantos secretan
toxinas.
Las enfermedades fúngicas, se denominan micosis y se pueden dividir en superficiales y sistémicas. Las
micosis superficiales afectan al cuero cabelludo, la piel, las uñas y las mucosas, como la cavidad oral y la
vagina. En la mayoría de las infecciones el hongo invade sólo las capas superficiales de estas regiones y
suelen llamarse dermatofíticas. A menudo se tratan con medicamentos tópicos por la mecor incidencia de
efectos secundarios con esta vía de administración.
Las micosis sistémicas son las que afectan a los órganos internos, típicamente los pulmones, el cerebro y
los órganos digestivos. Las micosis de este tipo requieren de medicamentos orales o parenterales
agresivos que producen más efectos adversos que los agentes tópicos.
INFECCIONES POR PROTOZOARIOS
Aunque la infección producida por el Plasmodium, es la enfermedad protozoaria más importante, las
infecciones causadas por otros protozoos afectan a importantes cantidades de personas. Estas infecciones
incluyen la amebiasis, la toxoplasmosis, la giardiasis, tricomoniasis, criptosporidiasis, la tripanosomiaisis y
leishmaniasis. Los protozoos pueden invadir prácticamente cualquier tejido del cuerpo.