La comida pasa del esófago al estómago a través del esfínter esofágico inferior. Este anillo de músculo liso
normalmente evita que el contenido del estómago vuelva hacia atrás. Un segundo anillo de músculo liso,
el esfínter pilórico, se localiza en la entrada al intestino delgado. Este esfínter regula el flujo de las
sustancias que salen del estómago.
El estómago mezcla por completo la comida ingerida y secreta sustancias que favorecen los procesos de la
digestión química. Las glándulas gástricas que se extienden en la profundidad de la mucosa del estómago
contienen varios tipos celulares básicos para la digestión. Las células principales secretan pepsinógeno,
una forma inactiva de la enzima pepsina que fragmenta químicamente las proteínas. Las células parietales
secretan de 1 a 3 lt de ácido clorhídrico al día. Este fuerte ácido ayuda fragmentar la comida, activa el
pepsinógeno y destruye los microbios que puedan haberse ingerido. Las células parietales también
secretan el factor intrínseco, que es esencial para la absorción de la vitamina B12.
La secreción combinada de las células principales y parietales, el jugo gástrico, es el fluido más ácido del
cuerpo, con un pH de 1,5 a 3,5. Una serie de defensas naturales protegen la mucosa del estómago contra
este líquido extremadamente ácido. Algunas células que tapizan la superficie secretan una gruesa capa
mucosa e iones bicarbonato para neutralizar el ácido. Este forma una capa protectora tan eficaz que el pH
de la superficie mucosa es casi neutro. Una vez alcanzado el duodeno, el contenido del estómago es
neutralizado por el bicarbonato de las secreciones biliares y pancreáticas.
La absorción de fármacos desde el estómago es muy lenta. Independientemente del pH del medio y de si
el principio activo es ácido, básico o neutro, y ello se debe a que anatómicamente el estómago es
fundamentalmente un órgano secretor.
La velocidad de vaciamiento gástrico es alterada por la presencia de alimentos, pero no siempre en un
mismo sentido, ya que influye el tipo de alimento ingerido. Así el vaciamiento gástrico es retrasado por las
comidas sólidas, grasas, ácidas, calientes, hipertónicas, de alta viscosidad y por volúmenes de líquidos
superiores a 300 mL. Es poco alterado por alimentos ricos en proteínas e hidratos de carbono y es
acelerado por los alimentos fríos y por volúmenes de líquido inferiores a 250 mL
La tendencia general parece ser entonces que la presencia de alimentos tiende a retrasar el vaciamiento
gástrico, y ello es explicable considerando que la mucosa intestinal es muy delicada y que el organismo
para protegerla retrasa la llegada de sustancias que podrían ser agresoras para su integridad, retardando
su llegada al intestino y dejando la oportunidad para que ocurran los cambios necesarios en el estómago,
transformando el bolo alimenticio en una forma no agresora para la mucosa intestinal.
Este retraso hace que se disuelvan más los medicamentos básicos por una mayor permanencia en pH más
ácidos y menos los medicamentos ácidos. Como el estómago tiene proporcionalmente una menor
participación en el proceso de absorción que el intestino, debería retrasarse la absorción. Este retraso
puede adquirir importancia cuando lo que se requiere es un inicio rápido de la acción, o cuando el
fármaco es eliminado rápidamente, porque podrían no alcanzarse los niveles terapéuticos. También la
mayor permanencia del medicamento a pH ácido hace que se vea afectada la biodisponibilidad de
principios activos que experimentan alguna degradación en medio ácido. En otro sentido, un vaciamiento
gástrico más lento puede aumentar la eficiencia de la absorción de drogas que se absorben por
mecanismos saturables o que presentan una ventana de absorción, ya que se prolonga el tiempo durante
el cual se expone las moléculas de fármaco a la superficie de absorción.
ETIQUETAS DIAGNOSTICAS
Riesgo a caída relacionado con efecto adverso.
Deficiente conocimiento
Dolor agudo relacionado con tratamiento farmacológico inefectivo.
Alteración de la nutrición por defecto relacionado a efectos adversos del fármaco.