Los fármacos causan efectos y reacciones adversas. Una reacción adversa puede ser tolerada para obtener un efecto terapéutico, o puede ser peligrosa e inaceptable. Algunas reacciones adversas disminuyen con su continuo uso. Por ejemplo, la modorra causada por paroxetina y la hipotensión ortostática causada por la prazosina usualmente disminuyen después de algunos días cuando el paciente ha desarrollado su tolerancia. Pero varias reacciones adversas están relacionadas con la dosis y alivian o desaparecen solo si la dosis es reducida. La mayoría de la reacciones adversas no son terapéuticamente deseables, pero algunas puede ser puestas como uso clínico. Un sobresaliente ejemplo de esto es la modorra causada por difenhidramina, que la hace útil como un sedante leve.
La hipersensibilidad al fármaco, es el resultado de una reacción inmune de antígeno -anticuerpo que ocurre en el cuerpo cuando se administra a un paciente susceptible. Una de las más peligrosas de todas las drogas hipersensibles es la alergia a la penicilina. En su forma más aguda, la penicilina , la anafilaxis puede rápidamente llegar a ser fatal.
Raramente, ocurren reacciones idiosincráticas. Estas relaciones son altamente impredecibles e inusuales. Una de las más conocidas reacciones adversas idiosincráticas es la anemia aplásica causada por el antibiótico cloranfenicol. Esta reacción puede aparecer solo en 1 de cada 24,000 pacientes, pero cuando esto ocurre, puede ser fatal. Una reacción idiosincrática más común es la extremada sensibilidad a dosis muy bajas de la droga o la insensibilidad a más altas dosis que la normal.
Para tratar correctamente las reacciones adversas se necesita estar alerta incluso a cambios menores en el status clínico del paciente. Tales cambios menores pueden ser una advertencia temprana de una toxicidad pendiente. Escuchar a la queja del paciente sobre la reacción del fármaco, y considerar todo objetivamente.
La habilidad para reconocer signos y síntomas de las alergias al fármaco o serias reacciones idiosincráticas pueden salvar la vida de nuestros paciente.